
	
    Antes se creía que el durazno venía de Persia
	(por eso Persicum). En realidad es originario de
	China, donde se consumía por su capacidad
	mística de conferir la longevidad.
                    
    De nuestra línea, el durazno es el preferido.
	Su sabor es ligeramente dulce,
	sobre un fondo acidulado, a la vez que
	despide un delicado y atractivo aroma.